Los códigos de barra son unos grafismos formados por barras o puntos negros sobre fondo blanco (otros colores son posibles pero no recomendables) que facilitan a los lectores electrónicos la posibilidad de hacer una lectura automática. Los códigos de barra en general suelen llevar una leyenda que coincide, son el código para que en caso de fallo de los lectores automáticos, este pueda ser fácilmente legible a la vista humana (human readable).
Todo fabricante asigna a sus productos un código para poder trazar las intervenciones o eventos ocurridos, desde el proceso productivo hasta su desecho, reciclaje o recuperación. Gracias al código de barras universal y unívoco tendremos siempre de la información de los productos desde su origen hasta su desecho.
Los códigos de barras disponen de un dígito de control suplementario que cuando se editan se calcula e imprime como resultado de la aplicación de una forma matemática en la que intervienen todos los demás dígitos. Al leer, el equipo lector repite el cálculo y lo compara con la lectura del dígito de control, si no coincide, quiere decir que ha habido un fallo de lectura y suena la alarma.
Tenemos muchos tipos de códigos de barras con diferentes criterios de clasificación:
Es un estándar que establece los criterios con que se organizan los diferentes códigos de barras regulados para disponer de un lenguaje único y universal, y que cada código sea unívoco y facilite la información necesaria para la trazabilidad del producto.